top of page

PROPUESTA ORANTE

PASO 1: ENTRAR EN ORACIÓN

Como los ángeles… que están en presencia de Dios.

Busca un sitio donde te sientas a gusto y tranquilo/a. Ponte en esa postura que te permita estar relajado/a pero con disposición para orar. Trata de hacer silencio por fuera y por dentro. Respira hondo. Puedes encender una vela si te ayuda o poner delante alguna imagen o icono que te acerque la presencia de Jesús, de Dios o sencillamente empezar haciendo la señal de la cruz.

Dame Señor la gracia de la lucidez para descubrir el “para” de mi vida, acogerlo y responder a la llamada que pueda haber detrás. Regálame ser audaz para compartir los dones recibidos.

 

PASO 2 CANCIÓN

Cuando se quiere a Dios (CD Ángeles Visibles)

 

PASO 3: REFLEXIÓN

Para poder descubrir el” para” de mi vida, es necesario avanzar en el conocimiento personal y en la relación profunda y duradera con Dios. Y desde ahí, ir percibiendo, intuyendo y arriesgando. Los para fundamentales de nuestra vida no llegan sin sentido, sin estar enlazados con lo que vamos viviendo o lo que Dios nos pueda ir animando a vivir.

Es muy normal que, muchas veces, nos surja el desaliento porque ya tenemos una edad y no sabemos concretar el “¿para qué mi vida?''. Por eso, te animamos a que en este rato de oración puedas ejercitar la escucha, percibas qué puede estar invitándote a vivir Dios, desde tu realidad, a qué te envía en tu realidad concreta, con tus grandezas y tus limitaciones, como criatura amada. y, desde la escucha, ser capaz de responder como criatura, no como Dios. Ni lo puedes todo, ni falta que hace; pero aquello que pueda ser llamada o envío… ¡Anímate a responderla! Desde la confianza en un Dios que te anima a vivir en plenitud, siendo amado y amando, apasionado por la vida y por las gentes. Eso mismo es lo que vivió Juliana, un “me fío de ti, Señor”. Eso no le evitó el vértigo, la incertidumbre o el desconcierto. Pero es que, cuando Dios llama nos regala lo que necesitamos para responder, a veces en forma de serenidad o de certeza interior, o de deseos en medio de la dificultad que pueda suponer responder, ….

 

PASO 4: SU PALABRA

Este fragmento de la historia de Jeremías, nos ayuda a caer en la cuenta de que no solo somos criaturas amadas, sino que, además, Dios nos sueña desde antes de nacer. ¡¡Qué impresionante!! No somos fruto del azar, sino que somos frutos del Amor y formamos parte de un sueño, y ese sueño personal que Dios tiene para cada uno se va traduciendo en llamada. Somos llamados porque somos “por y para algo”, “por y para Alguien”. Nuestro centro está más allá de nosotros mismos y nuestro proyecto de vida está en el corazón de Dios desde siempre.

«El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado a ser profeta de las naciones.»

Yo contesté: «¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!» Pero el Señor me dijo: «No digas que eres muy joven. Tú irás a donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene. No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra.»

Entonces el Señor extendió la mano, me tocó los labios y me dijo: «Yo pongo mis palabras en tus labios. Hoy te doy plena autoridad sobre reinos y naciones, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y también para construir y plantar.». (Jer 1,4-10)

 

 

PASO 5: ME PREGUNTO

A la hora de plantearte tu vida, ¿cuentas con que Dios pueda plantearte algo, o tener una invitación para tí?

¿Cómo resuena el texto de la vocación de Jeremías en tu realidad y en tu vida? ¿Tienes definido ya algo de ese para de tu vida? ¿En qué decisiones se va concretando?  ¿Qué es lo que más te confunde o te bloquea a la hora de plantearte el “para” de tu vida, a la hora de regalar tu DON? ¿Cómo recibes que Dios te invita a vivir tus DONES y te promete que estará contigo? ¿Qué significa para ti ser criatura enviada, llamada, con un para?

 

 

PASO 6: COLOQUIO CON JESÚS.

Habla de todo esto con Jesús, cuéntale lo que se te mueve por dentro, lo que esta oración ha tocado en tí, lo que te hace sentir, experimentar… Escucha qué te dice, mira cómo te mira… Recoge por escrito las resonancias de este coloquio.

 

 

PASO 7: CIERRA LA ORACIÓN

Puedes hacerlo con una frase que resuma este momento y repetirla varias veces. O bien rezando un Padre Nuestro o un Ave María; escuchando  alguna canción que te ayude a cerrar este momento o sencillamente haciendo la señal de la cruz.

Señor que lo quisiste

 

Señor que lo quisiste: ¿para qué habré nacido?

¿Quién me necesitaba,

quién me había pedido?

¿Que misión me confiaste?

Y ¿por qué me elegiste,

yo, el inútil, el débil,

el cansado...? El triste.

Yo, que no sé siquiera

que es malo lo que no es bueno,

y si busco las rosas y me aparto del cieno,

es sólo por instinto. Y no hay mérito alguno

en la obediencia fácil a un instinto oportuno...

 

Y aún más:

¿Pude hacer siempre todo lo que he intentado?

¿Soy yo mismo siquiera lo que había soñado?...

¿En qué ocaso de alma ha disipado el luto?

¿A quién hice feliz tan siquiera un minuto?

¿Que frente obscura y torva se iluminó de prisa

tan sólo ante el conjuro de mi pobre sonrisa?

 

 

¿Evitar a cualquiera pude el menor quebranto?

¿De qué sirvió mi risa; de qué sirvió mi llanto?

Y al fin, cuando me vaya frío, pálido, inerte...

¿Que dejaré a la Vida? ¿Que llevaré a la Muerte?...

 

Bien sé que todo tiene su objeto y su motivo:

Que he venido por algo y que para algo vivo.

Que hasta el más vil gusano su destino ya tiene,

que tu impulso palpita en todo lo que tiene

Y que si lo mandaste fue también con la idea

de llenar un vacío, por pequeño que sea...

 

Que hay un sentido oculto en la entraña de todo:

en la pluma, en la garra, en la espuma, en el lodo...

Que tu obra es perfecta: ¡Oh, Todopoderoso,

Dios Justiciero, Dios Sabio, Dios Amoroso!...

El Dios de los mediocres, los malos y los buenos...

En tu obra no hay nada ni de más ni de menos...

Pero... no sé, Dios mío: me parece que a Ti

–un Dios...– te hubiera sido fácil pasar sin mí.

Dulce María Loynaz

bottom of page