PROPUESTA ORANTE
PASO 1 ENTRAR EN ORACIÓN:
Busca un sitio donde te sientas a gusto y tranquilo/a. Ponte en esa postura que te permita estar relajado/a pero con disposición para orar. Trata de hacer silencio por fuera y por dentro. Respira hondo. Puedes encender una vela si te ayuda o poner delante alguna imagen o icono que te acerque la presencia de Jesús, de Dios o sencillamente empezar haciendo la señal de la cruz.
PASO 2: CANCIÓN
Te invitamos a adentrarte en la letra de esta canción
PASO 3: REFLEXIÓN
¿Por qué fué Luis a Comus?
¿Qué le llevó a arriesgar su vida?
Luis fue a Comus porque vivía conectado
con la realidad. Es como si tuviera siempre encendida
“la wifi de las necesidades”. En una conversación con el Obispo de Limoux escuchó como contaba la realidad precaria que vivía la zona por una epidemia de fiebres tifoideas. El párroco había muerto y los servicios religiosos eran insuficientes. Esta realidad tocó su corazón, se dejó conmover y se ofreció para ir a atender a los contagiados.
Esta decisión casi le cuesta la vida. Estuvo grave durante unos 15 días y ya se corría el rumor en Quillán de que había fallecido.
En Luis se percibía una clara confianza en Dios en todo lo que emprendía pero no sólo eso, estaba dispuesto a “jugársela” por Jesús. Y es que en el fondo, crecer es ir tomando decisiones y haciendo elecciones. Es, en el fondo, hacer de la vida verdaderamente “tu” vida. Eso no significa que, en esas decisiones, todo dependa de ti… Todos necesitamos referencias, guías, ayuda. Y las encontramos en otros, (y ojalá en Dios). Pero, al final, vamos apostando de una manera personal. Y soñamos trabajos, vidas, relaciones… y en la medida que sabemos, decidimos intentar convertir nuestros sueños en realidad. Es importante saber a dónde va uno –o al menos lo que te gustaría- , coger las riendas y el timón de la vida, y sentirse en marcha.
Dicen por ahí que al que algo quiere, algo le cuesta. Creo que merece la pena rescatar el valor que tiene luchar por lo que uno cree, ama y desea, aunque a veces cueste (que ya hace mucho que alguien habló de “cargar con la cruz que nos toca cada día”). El estudiante, el trabajador, el enamorado, el padre y la madre, el cura, la escritora, el programador o la artista… cualquiera de nosotros sabe que, en el fondo, la vida no es estar indolente viendo el tiempo pasar. Que merece la pena apostar por algo. Y en tiempos de cuesta arriba (que a todos nos llegan de vez en cuando) es útil recordarlo, o que te lo recuerden. Y es importante no olvidar los motivos. Por qué estás en camino. Qué tira de ti. Qué te ilusiona. Qué te enamora.
Señor, dame valentía para escuchar la realidad. Que este sea mi horizonte.
Enséñame a desear con pasión, inteligencia, corazón y entrañas.
Ilumíname, Señor, para que en la vida sepa hacia dónde camino y por qué.
PASO 4: SU PALABRA
“En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Effetá", esto es: "Ábrete". Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos." (Mc 7, 31-37)
Este evangelio nos puede venir muy bien para pedirle a Jesús que nos ayude a escuchar.Jesús sigue haciendo el bien por los caminos y lugares. Esta escena se desarrolla es un territorio pagano, es decir, un alejado de la creencia judía y allí, precisamente allí Jesús lleva la Buena Noticia. El sordomudo simboliza esas actitudes cerradas que a veces tenemos al proyecto de Dios, para escucharlo y para anunciarlo. Sin embargo esta curación nos enseña cómo, poco a poco, podemos ir abriéndonos a la Buena Noticia con la ayuda de Jesús.
PASO 5: ME PREGUNTO
¿Cómo ando de conexión con la realidad? ¿Escucho la realidad, escucho a Dios, me escucho también a mí? Todo es mediación para que Dios se revele y se comunique conmigo.
¿Qué me impide escuchar y percibir más allá de lo que acontece? ¿Presto atención a la realidad? Cuando la escuchas, ¿qué te llega? ¿Con qué conecta de ti?
No conviene empezar el servicio apoyándome en mis propias fuerzas puesto que no llegaré muy lejos. Miro antes a Jesús… ¿Reconozco su actitud franca y honesta con todos? Admiro la bondad, belleza y verdad de su vida… Una vida volcada hacia la persona concreta que se encuentra en el camino y le necesita.
Después de mirar a Jesús me pregunto: ¿a qué servicio me llama Dios en este momento? ¿Cómo compromete esto mi vida?
Piensa en tu entorno inmediato, tu ciudad, el mundo. ¿Dónde te llama Dios especialmente? ¿Es en lo más cercano y cotidiano? ¿Es en la injusticia que te rodea? ¿Es en la mirada amplia que no permanece ciega ante el hermano que sufre, esté donde esté?
PASO 6: COLOQUIO CON JESÚS.
Habla de todo esto con Jesús, cuéntale lo que se te mueve por dentro, lo que esta oración ha tocado en ti, lo que te hace sentir, experimentar… Escucha que te dice, mira cómo te mira… Recoge por escrito las resonancias de este coloquio.
PASO 7: CIERRA LA ORACIÓN
Puedes hacerlo con una frase que resuma este momento y repetirla varias veces. O bien rezando un Padre Nuestro o un Ave María; escuchando alguna canción que te ayude a cerrar este momento o sencillamente haciendo la señal de la cruz.
Si puedo hacer, hoy, alguna cosa,
si puedo realizar algún servicio,
si puedo decir algo bien dicho,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo arreglar un fallo humano,
si puedo dar fuerzas a mi prójimo,
si puedo alegrarlo con mi canto,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo ayudar a un desgraciado,
si puedo aliviar alguna carga,
si puedo irradiar más alegría,
dime cómo hacerlo, Señor.
Grevnille Kleiser


